26 SLEP en servicio activo y 11 en proceso de traspaso, buscan promover, acompañar y colaborar para promover, en todos los niveles del sistema educativo, una convivencia democrática, inclusiva y respetuosa.

En el marco de la Jornada Nacional “Presentes contra la Violencia”, convocada por el Ministerio de Educación, los Servicios Locales de Educación Pública reafirmaron su compromiso con el fortalecimiento de la convivencia escolar, el buen trato y la protección de todas y todos quienes forman parte de las comunidades educativas del país.

Hoy, sabemos que la violencia, en cualquiera de sus formas, afecta profundamente el bienestar, el aprendizaje y el desarrollo de niñas, niños, adolescentes y adultos en los establecimientos educacionales. También se reconoce que esta problemática trasciende el espacio escolar, y que, por tanto, requiere de una respuesta integral, pedagógica e intersectorial.

“Desde nuestro rol técnico-pedagógico, entendemos que la convivencia no se improvisa, se enseña, se aprende, se planifica y se vive cotidianamente en los espacios educativos. Es parte fundamental del proceso formativo y debe expresarse en acciones concretas que promuevan entornos protectores, vínculos respetuosos y comunidades inclusivas, tal como lo establece la Política Nacional de Convivencia Educativa 2024–2030”, explicó la directora ejecutiva del SLEP del Tamarugal, profesora Andrea Osorio, servicio que entrará en régimen en enero del 2026 con las comunas de Pozo Almonte, Pica, Huara, Camiña y Colchane con más de 7 mil estudiantes y cerca de 2 mil docentes y asistentes de la educación..

Por ello, inspirados en los principios que orientaron la jornada nacional y en el marco de iniciativas como “A convivir se aprende”, “Habilidades para la Vida”, el Plan Comunidades Educativas Protegidas y el Proyecto de Ley de Convivencia, Buen Trato y Bienestar, los 37 Servicios Locales de Educación Pública se comprometieron a:

1. Promover en todos los niveles del sistema educativo una convivencia democrática, inclusiva y respetuosa, como condición para el aprendizaje y el bienestar.

2. Acompañar a los equipos educativos en la planificación y desarrollo de estrategias pedagógicas que prevengan la violencia y fortalezcan el cuidado colectivo.

3. Colaborar con las comunidades escolares en la actualización y cumplimiento de sus instrumentos de gestión —como los reglamentos internos, protocolos de actuación y Planes Integrales de Seguridad Escolar—, asegurando enfoques formativos, restaurativos y protectores.

4. Favorecer el trabajo articulado con redes locales y actores intersectoriales, reconociendo que la seguridad y el bienestar de las comunidades educativas es una tarea compartida.

5. Valorar y visibilizar las buenas prácticas que los establecimientos educativos desarrollan para mejorar la convivencia, apoyar la salud mental y generar espacios seguros.

    Cabe destacar que los actores educativos creen firmemente que ningún tipo de violencia puede ser naturalizado en el espacio educativo. Nuestra labor es estar presentes para prevenir, orientar, acompañar y cuidar. Porque mientras más sean quienes estén presentes contra la violencia, más efectivos será su erradicación de los escuelas, liceos y jardines infantiles., ya que la Educación Pública que protege, cuida y enseña a convivir.